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La hora del café

Reconozco que el cansancio diario ataca y que el mejor momento del día es la  hora del café. Piénsalo, un café caliente, después de un cansado día invernal. Piénsalo. Un café y un buen libro. Preparas el café, coges el libro, te sientas en la cama, abres el libro, bebes un poco, lees dos líneas…Y piensas, -esto marcha, ¡qué bien!...- Pero no. De repente…  

-¡pum, pum, pum!-

Llaman a la puerta.  Abres. La vecina de enfrente, de al lado o de arriba. Cualquiera es bienvenido.  Y siempre la primera pregunta: “¿Qué tal el día?” A lo que tu cabeza desearía responder, - “Genial iba a leer”- Casi cuando has abierto la boca para contestar, la vecina, sin darte tiempo a respirar, te dice… “Tía, el mío genial, hoy he tenido prácticas en el hospital y he pinchado a un viejito, ¡qué mono!” entra en tu habitación, se sienta en tu cama, - resulta que  aquí no hay mucho sentido de la privacidad-  y sigue contándote… De repente entra otra persona, una voz masculina, “Hola chicas”- continúa- “¿qué tal el día?” y cómo no, cuando vas a explicar tus planes de tarde, ya ha comenzado, casi sin dejarte respirar, la historia de su vida. Y así sucesivamente, hasta que de repente alguien mira el reloj, que no es más que el peor enemigo de un estudiante agobiado… “¡Dios mío! Las 17:30 me voy, me voy… tengo que hacer cosas” y de repente como si hubiese pasado un ángel… todos se marchan y te quedas tú, y tu libro abierto del que has leído a penas dos líneas, y la compañía de un café que, ahora sí que sí, está helado.

Tras unos meses viviendo en la residencia, he caído en la cuenta de que la hora del café es la mejor hora del día, y no por la tranquilidad o la cafeína, sino porque te das cuenta de que un hogar el sitio donde todas tus historias, buenas o malas, son escuchadas. Al final aprendes que la vida se trata de entretenerte en un montón de conversaciones  banales, divertidas, llenas o vacías mientras el café se queda frío. Y acabas por entender que lo menos importante de la hora del café es, paradójicamente, el café.

 

Rosi Villa (202)

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